La elección de uno de los dos personajes, Juan Bravo
Murillo o Maimónides, me ha resultado más complicada de lo que esperaba en un
principio. En primer lugar me dispuse a recoger algo de información sobre estos
personajes históricos a través de Internet. Tras comparar páginas muy variadas
decidí realizar este trabajo sobre Juan Bravo Murillo, político, jurista,
teólogo y filósofo español de ideología liberal que perteneció al partido
moderado y ocupó diferentes cargos políticos durante el reinado de Isabel II.
Una de las principales causas de mi elección fue el que ya lo hemos estudiado
en clase, tanto a él como ha su época histórica lo que, en mi opinión, ayuda
bastante a comprender los hechos que se produjeron durante su vida, las
decisiones que tomó en cada momento y como afectó su gobierno a la situación de
la España del siglo XIX. Además, he encontrado multitud de páginas con
distintos puntos de vista donde encontrar información de forma que puedo
compararlas y extraer mis propias conclusiones. Otra de las razones ha sido que, al ser un personaje más cercano a nuestro tiempo, es más sencillo ver cómo afectó a la historia de nuestro país, además de que considero que tuvo una repercusión mayor. Cabe destacar sin duda alguna el papel de Maimónides en la historia, aunque en este caso haya quedado descartado. Maimónides (Córdoba, 30 de marzo de 1138- El Cairo, 12 de diciembre de 1204) fue un médico, rabino y teólogo judío de Al-Ándalus cuyo pensamiento filosófico tuvo gran importancia en el pensamiento medieval. Una de sus frases más célebres fue; "Si Doctores
más sabios que yo quieren ayudarme a entender, concédeme Señor el deseo de
aprender de ellos, pues el conocimiento para curar no tiene límites”. Con esta
frase queda perfectamente claro su afán por aumentar sus conocimientos, tanto
en medicina como en otras ramas como son la filosofía o la teología.
A continuación encontraréis los enlaces a las páginas consultadas para más información:
https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Bravo_Murillo
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bravo.htm
http://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/6123/Juan%20Bravo%20Murillo
http://www.xtec.cat/~jrovira6/bio/bravo.htm
http://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/271/html/economia/economistas/Bravo-Murillo.htm
https://extremenosilustres.wikispaces.com/Bravo+Murillo
http://www.andalan.es/?p=11508
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=bravo-murillo-juan
http://www.rah.es/juan-bravo-murillo/
- Apuntes de Historia de España de 2º BACH
- Resumenes de Historia de España de 2º BACH
- Texto los Opúsculos extraído de wikipedia.
A continuación encontraréis los enlaces a las páginas consultadas para más información:
https://es.wikipedia.org/wiki/Juan_Bravo_Murillo
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/b/bravo.htm
http://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/6123/Juan%20Bravo%20Murillo
http://www.xtec.cat/~jrovira6/bio/bravo.htm
http://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/14002996/helvia/aula/archivos/repositorio/250/271/html/economia/economistas/Bravo-Murillo.htm
https://extremenosilustres.wikispaces.com/Bravo+Murillo
http://www.andalan.es/?p=11508
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=bravo-murillo-juan
http://www.rah.es/juan-bravo-murillo/
- Apuntes de Historia de España de 2º BACH
- Resumenes de Historia de España de 2º BACH
- Texto los Opúsculos extraído de wikipedia.
Juan Bravo Murillo (Fregenal
de la Sierra, 9 de junio de 1803- Madrid, 10 de enero de 1873) fue un político,
jurista, teólogo y filósofo español de ideología liberal ultraconservadora que
perteneció al Partido Moderado y ocupó diferentes cargos políticos durante la
regencia de Mª Cristina de Borbón y el reinado de Isabel II.
Nació en Fregenal de la
Sierra el 9 de junio de 1803, actualmente provincia de Badajoz. Con tan solo 12
años comenzó los estudios de filosofía en el Convento de San Francisco en
Fregenal, continuándolos en la Universidad de Sevilla, donde también cursaría
los estudios de teología y derecho. En 1820, coincidiendo con el
pronunciamiento del coronel Riego en las Cabezas de San Juan, se trasladó a la
Universidad de Salamanca, donde finalizó sus estudios. Teniendo su propio
bufete de abogados, impartía clases de filosofía en la Universidad de Sevilla.
Su buena reputación como abogado le llevaría a que fuera nombrado fiscal de la
Audiencia Provincial de Cáceres en 1834, tras la muerte de Fernando VII, por el
ministro de Gracia y Justicia, Nicolás María Garelly, que ejercía su cartera
dentro del gabinete moderado de Martínez de la Rosa. Un año después pasó a la
Audiencia de Oviedo pero renunció al cargo y se trasladó a Madrid, donde
continuó con su profesión de abogado. Junto con su amigo y compañero de
profesión Joaquín Francisco Pacheco fundó el Boletín de Jurisprudencia y Legislación en 1836, un periódico de
carácter teórico y práctico.
En el mes de mayo de 1836 cayó el Gobierno
presidido por Mendizábal se creó un
gabinete encabezado por Francisco Javier Istúriz que, unido a Alcalá Galiano,
pretendía dar la vuelta a las políticas progresistas del anterior gobierno
implantando medidas moderadas. Istúriz consiguió que la regente Mª Cristina de
Borbón firmase un decreto de disolución de las Cortes, convocándose nuevas
elecciones en 1837, en las que Bravo Murillo se presentaría como candidato al
Partido Moderado por Sevilla. Aunque fue elegido como diputado, no llegaría a ocupar
su escaño ya que el ejército protagonizó un motín en La Granja y la regente se
vio obligada a destruir el gabinete de Istúriz y poner en vigor de nuevo la
Constitución de Cádiz. En noviembre de 1837 las Cortes volvieron a reunirse y
Bravo Murillo ocupó su escaño en Sevilla. No aceptó el cargo en el gabinete del
Gobierno del conde de Ofalia ya que debía someterse a la voluntad de Baldomero
Espartero, con el que no estaba de acuerdo. El duque de Frías le ofreció otro
puesto que rechazó por el mismo motivo. Los siguientes gobiernos estuvieron
marcados por el fuerte papel de Espartero. Destaca la intervención de Bravo
Murillo ante las Cortes por los disturbios que tuvieron lugar en Sevilla en
1839, año en el que finalizó la Primera Guerra Carlista. En 1840, Bravo Murillo
volvió a ser elegido como diputado pero por la provincia de Ávila. En este
periodo pronunció sus primeros y famosos discursos en relación con la Hacienda
en España. Ese mismo año, Espartero consiguió la regencia y Bravo Murillo se
apartó temporalmente de la política exiliándose a Francia. Tan solo tres años
después, en 1843, la insurrección protagonizada por los moderados liderados por
Narváez, y los progresistas provocó la caída del general Espartero. Se anticipó
la mayoría de edad de Isabel II, con13 años. Llegadas las elecciones, Bravo
Murillo presentó su candidatura por la provincia de Badajoz, consiguiendo su
escaño. El Partido Moderado consiguió la mayoría de los escaños, con el general
Narváez como guía. Ante los desastrosos intentos progresistas de mejorar la
situación del país, nació un nuevo Gobierno moderado, con Luis González Bravo
como presidente. En las siguientes elecciones a Cortes de 1844, Bravo Murillo
volvería a ser elegido diputado.
En estas nuevas Cortes se
plantearía el debate sobre la renovación de la Constitución de 1837. No todos
los moderados defendían la misma postura al respecto, pero la reforma era
defendida por Bravo Murillo. Finalmente se realizarían algunas modificaciones
naciendo la nueva Constitución de 1845, promulgada durante el gobierno de
Narváez. Bravo Murillo tomó parte en los debates defendiendo activamente la
postura de que los senadores debían ser designados por la reina y con cargo
vitalicio, idea que inicialmente no se tuvo en cuenta pero que sería aceptada
en 1857. También intervino sobre el artículo que imponía a la reina la opinión
de las Cortes sobre su matrimonio, artículo que fue cambiado gracias a la
intervención de Bravo Murillo. En las nuevas elecciones de 1847 se llevó a cabo
una nueva Ley Electoral, que cambiaba el sistema de circunscripciones
provinciales por el de distritos, lo que permitió a Bravo Murillo ser elegido
diputado por el distrito de Fregenal de la Sierra, su ciudad natal.
Tras la dimisión de Istúriz,
Carlos Martínez de Irujo llegó al Gobierno y eligió a Bravo Murillo como
ministro de Gracia y Justicia. En este mandato de tres meses, Bravo Murillo
defendió como ministro la unidad de todo sector conservador de la cámara, que
sufría un duro revés por la desmembración de los moderados que derivaría en la
creación del Partido Liberal. Tras gobiernos cortos e inestables, Isabel II
decidió construir un gabinete presidido por Narváez y entregó la cartera de
Fomento a Bravo Murillo. Recayó sobre él la obligación de establecer un patrón
sólido con el que dirigir la nueva cartera. Llevó a cabo la elaboración del
Boletín del Ministerio de Comercio, Instrucción y Obras Públicas. Intervino en
la enseñanza, mejorando los planes educativos en todos los niveles. Dividió el
territorio nacional para regularizar las Obras Públicas completando el mapa de
comunicaciones de España gracias a la finalización de todas las carreteras
radiales. Impulsó el ferrocarril, defendiendo que las competencias de la
elaboración del ferrocarril debían pertenecer al Estado y que éste debía
iniciar la explotación ferroviaria. Sobresalió la iniciativa para la
elaboración del Canal de Isabel II que llevaría a Madrid las aguas del río
Lozoya. A través de s iniciativa se implantaría de manera oficial en España en
1849 el Sistema Métrico Decimal. Más tarde es nombrado por Narváez ministro de
Hacienda, siendo un pilar fundamental de la Administración General del Estado.
Bajo su ministerio se redactó la Ley de Contabilidad de 1850. Impulsó la
creación de la Caja General de Depósitos, sin obtener el resultado esperado.
Sus reformas orgánicas y burocráticas perduraron prácticamente en lo que
restaba del siglo XIX.
En 1850, tras la caída de
Narváez y con el apoyo de Isabel II, la mayoría parlamentaria del Partido
Moderado y la influencia del papa Pío IX, fue nombrado presidente del Consejo
de Ministros de España, puesto que ocuparía hasta 1852. Legó al gobierno
dispuesto a imponer su ideología y su gobierno de corte tecnócrata a la
totalidad de la nación. Una de sus primeras medidas fue la ratificación del
proyecto el Canal de Isabel II que a día de hoy sigue proporcionando agua a los
madrileños.
Uno de los procesos más
importantes realizados por el gobierno de Bravo Murillo fue la firma del
Concordato con la Santa Sede de 1851 en el que se establecía la suspensión de
la venta de los bienes eclesiásticos desamortizados por Mendizábal, el retorno
de los no vendidos y la financiación pública de culto y clero. El
restablecimiento de las relaciones Iglesia-Estado era uno de los objetivos que
perseguía el Partido Moderado desde su regreso al poder. Este mismo año
comenzaría a implantar sus medidas con la intención de realizar el arreglo de
la deuda pública, así como políticas orientadas a la reorganización de los
servicios centrales y periféricos del Estado. Implantó la Dirección General de
lo Contencioso, promovió la fundación del Boletín Oficial del Estado, realizó
una profunda remodelación de los esquemas de funcionamiento de la
Administración pública con la Ley de Funcionarios. El mismo año promulgaría la
nueva Ley de Puertos Francos de Canarias.
Los sucesos de la revolución
de 1848 sembraron el espíritu de lucha y sublevación de las clases urbanas, por
los que Bravo Murillo redactó un Proyecto constitucional en 1851 con el que
pretendía acabar de raíz con todos los problemas. El proyecto no fue bien
visto, lo que le llevó a disolver las Cortes en más de una ocasión con la
intención de poder gobernar de acuerdo a su ideología, cada día más
autoritaria, que tenía la intención de eliminar el carácter liberal que tenía
la Constitución de 1845. Cuando el ministro ultraconservador Bravo Murillo dio a
conocer el proyecto de reforma que pretendía reforzar aún más los poderes del
Gobierno frente a las Cortes y a reducir el derecho a voto a los 150 mayores
contribuyentes de cada provincia, se produjo un fuerte movimiento de oposición
que llevó al ministro a dimitir, con lo que se produjeron grandes distensiones
dentro del moderantismo y se agudizó la inestabilidad gubernamental, el
intervencionalismo de la Corona y la represión de cualquier tipo de oposición,
incluso dentro de las filas moderadas. Todo ello unido a los casos de
corrupción alrededor de la corte de Isabel II provocaron que Bravo Murillo se
exiliase de nuevo a París. En los dos años siguientes el descontento político y
social aumentó progresivamente y el ambiente era propicio para el estallido de
una revolución. Muchos moderados de la facción puritana, descontentos con la
influencia de las “camarillas” en la reina, la extrema corrupción
administrativa, el despotismo gubernamental y el desprecio a la acción
parlamentaria empezaron a pensar en una insurrección que restaurara los
principios clásicos del moderantismo. La revolución que recibió el nombre de el
levantamiento de Vicálvaro, encabezada por el general O’Donnel dio paso a la
firma del Manifiesto de Manzanares y al inicio del Bienio Progresista, devolviéndole
el poder a Espartero. Aunque poco después se produciría la vuelta al
moderantismo.
En 1857, Bravo Murillo fue
llamado por la reina para una consulta sobre quién podría ser el próximo
presidente del Consejo de Ministros, hecho que queda recogido en los Opúsculos:
Bravo Murillo fue elegido
como presidente del Congreso de los Diputados mientras que el gobierno recaería
en Istúriz. Bravo Murillo abandonó definitivamente su carrera política en 1858,
tras 22 años desde sus inicios como diputado, pasando a ser ministro de
Justicia, Fomento y Hacienda y presidente del Consejo de Ministros finalizando
su carrera como presidente del Congreso de los Diputados. Redactó sus memorias
dándoles el título de Opúsculos. En
1851 fue elegido académico de la Real Academia de la Historia. Fue miembro de Academia
de Ciencias Morales y Políticas, renunciando tanto al reconocimiento como a la
plaza. Se negó reiteradamente a volver a la política. La pérdida de poder de la
reina y los escándalos de corrupción que salpicaron a la corte real y a la
propia familia real supusieron el final del reinado de Isabel II en 1868 con la
Revolución Gloriosa. Muchos políticos isabellinos recurrieron a Bravo Murillo
con la intención de que lograra el regreso de la reina, algo imposible.
Defendería entonces la postura católica y monárquica, llegando a fundar la
revista La Defensa de la Sociedad. Murió
en Madrid el 10 de enero de 1873.
COMENTARIO HISTÓRICO PERSONAL
Es indudable la enorme transcendencia
de Bravo Murillo en la historia política española siendo el desencadenante del
levantamiento de Vicálvaro que pondría fin a la Década Moderada. Su pensamiento
político fue evolucionando volviéndose cada vez más autoritario con forme
aumentaba en edad y cargo político. El proyecto de reforma constitucional que
presentó en 1851 como presidente del Consejo de Ministros fue la gota que colmó
el vaso y provocó la revolución. El descontento que causó la intención de Bravo
Murillo de restarle aún más poder a las Cortes en pro de la Corona y restringir
el derecho a voto a tan solo los 150 mayores contribuyentes de cada provincia
supuso el rechazo de la oposición, de la población española y de gran parte de
los propios moderados. Aunque se atribuye a Bravo Murillo la entera
culpabilidad del fracaso de su Gobierno, no fue el único causante. La situación
política española destacaba por una gran inestabilidad, llegando a considerarse
como algo normal que un mismo gobierno no durara más de unos pocos meses. Al
ser los gobiernos tan cortos, no se consiguieron grandes avances y los mismos
políticos regresaban a la órbita de poder prácticamente de forma periódica. Los
levantamientos e insurrecciones fueron constantes durante todo el siglo XIX.
Sin adentrarnos en temas de
ideologías políticas concretas cabe destacar los proyectos realizados o en los que participó Bravo
Murillo que han perdurado o que han tenido una mayor repercusión tanto en la
nación española como en sus habitantes.
Tras
una formación ejemplar, Bravo Murillo ocupó diversos cargos políticos a lo
largo de su vida como hemos explicado anteriormente. Desde diputado a ministro
en varias ocasiones, consiguió ser presidente del Consejo de Ministros y más
tarde del Congreso de los Diputados.
Como ministro de Fomento,
Bravo Murillo mejoró los planes de enseñanza tanto general como universitaria,
completó el mapa de comunicaciones de España gracias a la financiación de todas
las carreteras radiales, dio un gran impulso al ferrocarril e inició el
proyecto de creación del Canal de Isabel II que finalizó siendo ya presidente
del Consejo de Ministros. El canal sigue en funcionamiento en la actualidad,
proporcionando a los madrileños agua procedente del río Lozoya. En 1849
implantó oficialmente el Sistema Métrico Decimal, indispensable hoy en día. Uno
de sus proyectos más importantes fue la firma del Concordato con la Santa Sede
que calmó el descontento de la Iglesia por las desamortizaciones anteriores.
También en 1852 promovió la fundación del Boletín Oficial del Estado (BOE) que
se conserva en la actualidad con el mismo nombre. La ley de Puertos Francos de
Canarias le garantizó la admiración de los canarios, todavía observable en los
nombres de varias calles.
Personalmente me ha parecido
un trabajo de investigación histórica bastante interesante debido
principalmente a que al ver la biografía de Bravo Murillo me ha sido posible
conocer y comprender mejor tanto su política como su periodo histórico, así
como se puede observar su evolución política e ideológica a lo largo de su vida
y cómo ello afectó a España.